El fallecimiento de Jorge Lanata sacudió profundamente al mundo del periodismo y a la sociedad argentina. Figura clave desde los inicios de su carrera, su legado marcó una era y dejó una huella imborrable en el tratamiento de la noticia. En este marco, Alberto Cormillot no pudo contener su tristeza en Alguien tiene que decirlo, por Radio Mitre, y recordó con emoción al periodista.

María Isabel Sánchez, panelista del programa, abrió la emisión con palabras sentidas: “Todo el mundo está despidiendo con congoja y con cariño a Jorge, y con admiración”. Al ser invitado a compartir sus pensamientos, Cormillot, conmovido, no pudo evitar quebrar en llanto en vivo. Ante la imposibilidad de tomar la palabra, su compañera continuó: “No tenemos ganas de reírnos. Realmente no nos sale. La tristeza es un sentimiento natural, sano, que hay que vivirlo también, como cada cosa de la vida”.

Mientras se sucedían los mensajes de los oyentes, Sánchez leyó en voz alta algunos testimonios que reflejaban el cariño hacia Lanata. “Rosario dice: ‘Buen día, aunque el más triste. Como oyente y seguidora del querido Jorge, agradecida por todo su legado como periodista. Parte importante de nuestra mañana y domingos’. Otro mensaje decía: ‘Jorge, te vamos a extrañar. Dejaste caminos allanados para la justicia’”.

Más tarde, Alberto fue abordado por un equipo de TN al salir de la emisora en Recoleta y compartió más reflexiones sobre su vínculo con el periodista. “Es imposible hacer el programa hoy”, confesó, dejando en claro la profundidad de su angustia. Luego recordó: “Trabajé con él hace dos o tres años y tuve un enorme respeto, cariño. Era muy buen compañero. Algunas veces se acercaban con miedo porque generaba un gran impacto”.

“Hoy hablamos de lo importante que era su curiosidad y que se traducía en las preguntas que realizaba. En la radio, hoy hice la primera nota que tenía que ver con Jorge y le pregunté a la IA qué dirán sobre su figura dentro de 10 años, sobre su innovación, un maestro de periodistas, en referencia a sus cambios de look, de vestir y cómo aparecía, y lo marcaba como un hito en la historia argentina”, explicó el especialista en nutrición.

Además, destacó momentos icónicos de la carrera del periodista, como su impacto visual en la investigación de la corrupción: “Es importante aquella imagen de la gente contando dinero en la Casa Rosada, que no se podía creer, como uno de los tantos ejemplos de su irreverencia y de que intentaron callarlo, pero sin éxito”.

Cormillot también compartió una anécdota personal durante la pandemia: “Un día apareció un libro llamado El Mal Comido, que era una diatriba sobre la alimentación, una cosa medio rara y disparatada sobre lo que te imponía la industria alimentaria. Yo no quería hablar porque quería ver cómo manejaba el tema y la primera pregunta de Jorge fue: ‘¿Y qué pensás de este libro?’. Hizo muy bien porque valió cómo tenía previsto y salieron todos los fanáticos, que son pocos los antivacunas y antindustria. Esa entrevista tuvo una cantidad de repercusiones en contra de mí, pero se lo agradezco”.

Sobre la habilidad de Lanata como entrevistador, Cormillot fue enfático: “Hacía entrevistas a un árbol y lo podía hacer quedar como Gardel porque era su manera de preguntar y sacar lo mejor que cada persona podía dar. Era un periodista que agarraba un árbol y era fantástico, podía ser Gardel, Frank Sinatra… Me recuerda a Blackie, una periodista de la década del 70, que podía hacer brillar a cualquier persona”. Finalmente, se despidió con un mensaje cargado de admiración: “Lo voy a recordar como un ídolo y un buen compañero”.

La partida de Jorge Lanata dejó un vacío inmenso en el periodismo argentino. Su legado, marcado por su curiosidad, su capacidad de desentrañar verdades y su estilo inconfundible, no solo quedó en el corazón de sus seguidores, sino también en el de sus excompañeros de trabajo y personalidades del rubro.