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Miles de manifestantes se han congregado este el sábado en las calles de Seúl para exigir la inmediata detención del presidente destituido de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol. La protesta se desató después de que Yoon desafiara los intentos de las autoridades surcoreanoa por detenerlo, lo que aumentó la tensión en un clima político ya volátil.

Las protestas se intensificaron cuando se reveló que la Agencia Anticorrupción del país retiró a sus agentes tras ser bloqueados por el servicio de seguridad presidencial en la residencia de Yoon.

El servicio de seguridad impidió la entrada de los policías durante varias horas, alegando preocupaciones por su seguridad, lo que exacerbó aún más la situación, motivando las protestas en las calles.

Este nuevo enfrentamiento es parte de una crisis política en curso que ha paralizado la política surcoreana. Con dos mandatarios destituidos en menos de un mes, el país enfrenta un creciente malestar social. La ira pública ha aumentado debido a las acusaciones de corrupción y la incapacidad del Gobierno para abordar cuestiones clave.

A medida que la crisis se profundiza, muchos surcoreanos exigen responsabilidades. La incertidumbre sobre el futuro del liderazgo de Yoon persiste, y se espera que las protestas continúen a medida que crecen los llamados a la Justicia y a la reforma en el país.