Si existe un país que convive con asesinos famosos y crímenes que resuenan ese es, sin ninguna duda, Estados Unidos. De Sharon Tate a John Lennon, pasando por BTK, la creciente fascinación que provocan en la sociedad todos estos casos, que inspiran películas, series de televisión o canciones, convierte al país americano en el caldo de cultivo perfecto para que surjan historias que la gente quiere oír.

El pasado 4 de diciembre, Brian Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare, una de las mayores empresas de seguros de salud, fue asesinado en pleno centro de Nueva York por un encapuchado que se dio a la fuga, desatando toda una ola de comentarios, teorías y conspiraciones que han mantenido al mundo en vilo durante los últimos días.

Thompson, originario de Minnesota, era el CEO de UnitedHealthcare desde 2021, un cargo al que accedió tras dos décadas en la industria. Su liderazgo, firme e implacable, se demostraba con decisiones como recortes de servicios y despidos masivos, lo que causó graves daños a su popularidad.

Por otra parte, Luigi Mangione, un joven de 26 años graduado en la Universidad de Pensilvania, había llegado a la Nueva York el 24 de noviembre en un autobús desde Atlanta. Se registró en un albergue bajo la identidad falsa de Mark Rosario y se cuidó de pagar todo en efectivo, también evitando interacciones con otros huéspedes y mostrando su rostro lo menos posible.

4 de diciembre, día del crimen

Por la mañana del 4 de diciembre, Brian Thompson salió de su hotel en Nueva York muy temprano, aproximadamente a las 6:40 de la mañana, rumbo hacia una reunión programada. En los días previos, Thompson ya comentó con su esposa que había recibido amenazas, aunque no les dio mayor importancia.

Paralelamente, Mangione abandonó su albergue en torno a las 5:30 de la mañana, cogiendo una bicicleta. Paró a desayunar en un Starbucks, desde donde unas cámaras captaron una imagen suya a las 6:14. Cuando detectó a Thompson, unos minutos después, se acercó por detrás y le disparó dos veces, con una bala impactándole en la pierna mientras que la otra perforó su espalda. Sin tiempo que perder, Mangione salió huyendo dirección Central Park, dejando tras de sí tan solo una mochila que más tarde sería recuperada por la policía.

Los agentes también identificaron palabras escritas en las balas utilizadas, como «negar» o «defender», en una alusión al libro Delay, Deny, Defend, una crítica hacia las prácticas de la industria de las aseguradoras.

5-8 diciembre, investigación policial

La muerte de Thompson rápidamente saltó a la prensa de todo el mundo, causando un gran revuelo. La policía neoyorquina se desplegó buscando al asesino, utilizando las imágenes de las cámaras de seguridad para detectar al agresor. Sin embargo, Mangione ya se encontraba lejos de ahí. Había tomado un autobús de vuelta hacia Pensilvania, esperando escapar de todo.

El 5 de diciembre, apenas un día después del crimen, la policía ya difundió imágenes del sospechoso en busca de ayuda pública. El día 7 los agentes confirmaron que Mangione había estado utilizando una identificación falsa y que había viajado al oeste tras el asesinato.

9 de diciembre, captura en Pensilvania

Mangione había parado a comer en un McDonald´s en la localidad de Altoona, en Pensilvania, cuando su rostro llamó la atención de uno de los empleados del local, que no dudó en contactar con las autoridades. Cuando llegaron e interrogaron a Mangione, este intentó mantener la calma y presentó una identificación falsa, pero rápidamente se puso los nervios y llamó la atención de los agentes cuando estos mencionaron el nombre de Brian Thompson.

Durante el arresto, se le encontró en posesión de una pistola impresa en 3D con silenciador, del mismo modelo utilizado en el crimen, además de unas notas en un cuaderno que apuntaban directamente a su culpabilidad.

Dos días después, el 11 de diciembre, las autoridades confirmaron que la pistola encontrada en Altoona coincidía con los casquillos recuperados en la escena del crimen de Nueva York. Las investigaciones de los agentes también encontraron las huellas del chico en el snack y la botella de agua que se compró en el Starbucks, cerrando mucho más la investigación en torno a la figura de Mangione.

17 de diciembre, acusación formal

Con todas las pruebas recogidas, Luigi Mangione fue acusado de homicidio en primer grado, con el agravante de ser un crimen premeditado con la intención de enviar un mensaje de odio a la industria de los seguros.

El acusado, de 26 años, se enfrenta a una pena máxima de cadena perpetua por los cargos de asesinato en primer y segundo grado como crimen de terrorismo, dijo la comisaria del Departamento de Policía de Nueva York, Jessica Tisch.

Además, también está imputado por otros siete cargos relacionados con la posesión de armas y el uso de documentos falsificados.

Pese al crimen, las redes sociales se han llenado de interacciones en defensa de Mangione o, más bien, criticando las prácticas de Thompson y las aseguradoras. Un debate, el del sistema de salud, muy arraigado en la sociedad estadounidense. Y un crimen, este, que ya pasa a formar parte del mausoleo de sucesos que han conmocionado a los Estados Unidos. Un país atrapado en su esencia hollywodiense, los antihéroes y las historias que pasan de generación en generación.