
El FBI ha desechado la teoría de que la persona que detonó una furgoneta en la puerta de un hotel Trump en Las Vegas odiase al expresidente de los EE.UU. El incidente, ocurrido el primer día del 2025, le costó la vida a su autor. Tras esto, la Policía ha entrevistado a su entorno y no ha hallado rastro de aversión al próximo mandatario.
La víctima, Matthew Livelsberger, miembro del Ejército estadounidense, preparó “su suicido” a la puerta de ese alojamiento, independientemente de que forme parte del negocio de Donald Trump, según han reconocido las autoridades. El cuerpo fue encontrado en el interior de un vehículo de Tesla con una herida de bala en la cabeza. En el habitáculo, además, había bombonas de gas y cohetes de fuegos artificiales.
Por otra parte, tras la visualización de las cámaras de vigilancia de la zona, “es evidente que actuó solo“, como ha expresado el agente Spencer Evans del FBI en una rueda de prensa para actualizar la información sobre este caso.
La nota de “suicidio”
Funcionarios del Pentágono han declinado comentar que Livelsberger pudiera tener problemas mentales, pero han señalado que han entregado su historial médico a la policía.
“Aunque este incidente es más público y más sensacionalista de lo habitual, en última instancia parece ser un trágico caso de suicidio que involucra a un veterano de combate muy condecorado que está luchando contra el trastorno de estrés postraumático y otros problemas”, ha señalado el FBI.
Identificación del soldado Matthew Livelsberger. Imagen de la Policía de Las Vegas remitida a Reuters. Imagen de la Policía de Las Vegas, remitida por Reuters
Las autoridades han extraído el contenido de dos cartas que Livelsberger dejó escritas usando una aplicación de notas.
“Somos los Estados Unidos de América, el mejor país que jamás haya existido. Pero ahora mismo tenemos una enfermedad terminal y nos dirigimos hacia el colapso. Esto no fue un ataque terrorista, fue una llamada de atención“, se puede leer en una de ellas.
“Los estadounidenses solo prestan atención al espectáculo y a la violencia. Qué mejor manera de comunicar mis ideas que con un truco de fuegos artificiales y explosivos. ¿Por qué lo hice ahora personalmente? Necesito limpiar mi mente de los hermanos que he perdido y aliviarme de la carga de las vidas que quité”, añade Livelsberger.