El cacao, componente por excelencia en confitería, afronta la Navidad en plena escalada de precios.

La planta originaria del Amazonas, que ha alcanzado su precio más alto en seis meses, se ha disparado un 50 % en tan solo un mes. La tonelada de cacao se paga ligeramente por encima de 11.000 euros. Por poner en contexto, a 19 diciembre de 2024, la tonelada de litio, materia prima clave para la transición energética y que es imprescindible para las baterías de coches eléctricos y móviles se sitúa en torno a los 10.400 euros.

El tirón del precio del cacao se produce por la difícil –y obligada– convivencia entre la oferta y la demanda. Los dos gigantes mundiales del cacao, Costa de Marfil y Ghana, que representan el 58 % de la producción total, han visto cómo las condiciones climáticas desfavorables han lastrado sus producciones. Según la ICCO (Organización Internacional del Cacao), la deforestación y las enfermedades de los árboles del cacao son los principales de los daños en la cosecha, lo que siempre depara un efecto directo en el bolsillo del consumidor.

El presidente de ICCO y embajador de España en Costa de Marfil apuntó en declaraciones recogidas por EFE la tendencia va a mantenerse todavía pues responde a circunstancias estructurales y acentuadas por la «especulación».

Una de sus primeras consecuencias es el encareciendo del chocolate, que en lo que va de año ha subido un 21,9 %.

La tormenta perfecta para el cacao se completa con el feroz crecimiento de la demanda mundial. Europa y Norteamérica, consumidoras de cerca del 50 % del cacao mundial, tiran del carro mientras que mercados emergentes como Asia, Oriente Medio y Sudamérica siguen su estela frente a la escalada de precios.

Durante la campaña 2023/24, el déficit de oferta representaba más de 400.000 toneladas y, según los expertos, podría seguir creciendo en 2025.

«Los precios del cacao vuelven a subir tras varios meses de descensos en los mercados. Esta subida, derivada de los desequilibrios estructurales entre la oferta y la demanda, se acentúa durante el periodo festivo, con una demanda creciente para cumplir los contratos existentes», apunta Simon Lacoume, analista sectorial en Coface, la compañía aseguradora de crédito comercial.

Además de las circunstancias estructurales propias del negocio agrícola, la sombra de la especulación aparece tras el repunte del cacao. Los analistas del ICCO mencionan las «compras de pánico en la industria del chocolate», ya que los fabricantes de chocolate están comprando todo lo que pueden antes de que se produzca una escasez de suministros.

El desequilibrio entre la oferta y la demanda sugiere que, a medio plazo, los precios del cacao se estabilizarán en un precio de equilibrio sensiblemente superior al de años anteriores, y muy probablemente próximo a los 10.000 euros la tonelada.

Según Coface, la prolongación de las tensiones en la oferta también podría afectar gravemente a los grandes fabricantes de chocolate, que siguen dependiendo de unos pocos países proveedores. La industria de transformación del cacao está dominada por Europa, en particular Alemania y los Países Bajos.

«La consolidación de la industria ha llevado a la formación de gigantes de la transformación, cuyas inversiones sólo se amortizan cuando la capacidad de producción se utiliza plenamente. Aunque la escasez de materias primas se considera un riesgo de baja probabilidad, su impacto potencial en la industria podría ser profundo», concluye el análisis de Coface.