
El pasado 20 de agosto de 2024, coincidiendo con el segundo aniversario de su boda, Jennifer López solicitó la disolución de su matrimonio con Ben Affleck. Cuatro meses después, no exentos de polémicas, ambos intérpretes han llegado a un acuerdo y han firmado, de forma oficial, los papeles del divorcio poniendo punto y final a este segundo capítulo de su vida, tal y como informaban diferentes tabloides como People o TMZ el pasado seis de enero. Según han apuntado, tras este acuerdo, ambos obtendrán lo que adquirieron “individualmente durante el matrimonio”, es decir, lo que ganaron durante la producción de sus respectivos proyectos cinematográficos en estos últimos dos años.
Si bien varios encuentros captados por las cámaras en las calles de Los Ángeles despertaban las alarmas a una posible reconciliación, deseada por los millones de seguidores que reúnen de lado a lado del globo terráqueo, Jennifer López está decidida a acabar por completo con cualquier vínculo con el actor de Pearl Harbor. Según ha informado una fuente cercana a la intérprete a People, “el cuento de hadas que le prometieron resultó ser una pesadilla al final”.
Tras unos meses muy complicados a nivel personal, con continúas noticias sobre su relación y el comienzo de una nueva vida por separado, siempre con la unión por los hijos de ambos, Jennifer López, tal y como afirma esta misma fuente, “está en un muy buen momento y solo quiere cerrar la puerta a este capítulo loco“.
Una confesión que mantiene la misma línea de las declaraciones que la propia Jennifer López emitió el pasado mes de diciembre. “Creo que la forma en que supero las cosas no es pensando que me pasan a mí, sino que pasan para mí y cuál es la lección que tengo que aprender en ese momento”, explicaba por aquel entonces la estrella. “Cuando pienso en las cosas de esa manera y mantengo una mentalidad más positiva al respecto, es más fácil aceptarlas como la lección que son“, resaltaba.