El ridículo es enorme. El caso Olmo revela una negligencia tan colosal que al escapista Laporta ya no le quedan trucos con los que seguir engañando a los culés. Las excusas ya están agotadas de tanto usarlas. Esta vez no vale achacar a la directiva de Bartomeu la pésima situación financiera para justificar que no puedas renovar a Messi o que seas incapaz de pujar por los mejores futbolistas del mercado. Tampoco que sigas hipotecando el club malvendiendo patrimonio para intentar entar hacer al equipo más competitivo. A Olmo lo ficha Laporta pese a que sabe que no debe y a Olmo no es capaz de inscribirlo Laporta, que ha dispuesto de cuatro meses para encontrar una solución. Pero hace tiempo que Laporta no es la solución sino el problema.
Hoy el Barça da pena y vergüenza ajena. La crisis reputacional es gigantesca. Bartomeu dejó a la institución en una situación económica gravísima, pero con Laporta el club está tocando fondo a nivel de desprestigio e indignidad. Sólo se salva la parte que afecta al primer equipo, porque todo lo que le rodea en la entidad amenaza ruina. Las cuentas, lejos de mejorar, siguen empeorando: en el auto que desestimaba la cautelar por Olmo el juez reveló que el límite salarial del Barça ha pasado de -81 millones en julio a -153 en diciembre. Del victimismo Laporta ha pasado a instalarse directamente en la mentira como forma de vida y en la chapuza como recurso de emergencia. Todo son excusas, medias verdades, justificaciones y patrañas por parte de una directiva compuesta por amiguetes sin capacitación profesional. La pifia con Dani Olmo y Pau Víctor está directamente relacionada con la marcha de toda la cúpula económica, que han sido sustituidos por comisionistas retribuidos con pagos millonarios pocos claros y con intermediarios vinculados a familiares directos del presidente.
Esta vez LaLiga no va a hacer la vista gorda como hizo hace dos años con Barça Studios porque el Atlético, el Sevilla y el Athletic se han hartado de que a los azulgrana se les permita jugar con otras reglas. Por suerte para el Barça, Dani Olmo probablemente no va a acudir a un juez para que dirima qué parte de su contrato hasta 2030 (72 millones) tiene que abonarle el club después de haber pagado 55 millones para que juegue 15 partidos. Pero el daño es irreparable. ¿Así cómo va a querer Nico Williams ni nadie fichar en junio por el Barça?
Es el momento del socio azulgrana, anestesiado ante tanta decadencia.Por responsabilidad la masa social tiene que reaccionar e impulsar una moción de censura contra Laporta antes de que termine de destrozar el Barcelona. Un club con tanta historia no se merece tanta mediocridad en sus dirigentes. Rescaten al Barça.