
Después de la semana que habíamos vivido con el Real Madrid y los comunicados sobre el estamento arbitral, las réplicas desde las redes sociales del Atlético de Madrid, estaba claro que las miradas iban a estar puestas en el colegiado Soto Grado y el árbitro de VAR, Ricardo de Burgos Bengoechea. Y el derbi tuvo dos acciones polémicas.
La primera fue la acción de Dani Ceballos con Marcos Llorente en un balón dividido a los 25 minutos de encuentro que el colegiado consideró como tarjeta amarilla. Algo que además registró así en el acta arbitral: “Por realizar una entrada una entrada a un contrario de forma temeraria en la disputa de balón“.
Pero especialmente la acción más polémica se produjo a los 32 minutos con el pisotón de Tchouameni sobre Samu Lino que inicialmente no vio Soto Grado en vivo y tuvo que ser avisado desde la sala VOR por Ricardo de Burgos Bengoechea. Jugada que, una vez revisada desde el monitor, el colegiado riojano vio clara: “Voy a pitar penalti, pero no le voy a sacar amonestación“.
Una acción que, según fuentes consultadas por MD, no admite discusión por parte del estamento arbitral. El pisotón del jugador francés existe y debe ser castigado como pena máxima como así hizo el colegiado internacional tras revisar la acción en el monitor de campo del Santiago Bernabéu. Esa jugada, casi de manera idéntica, se produjo en el encuentro anterior entre el Athletic de Bilbao y el Girona y donde también se castigó de idéntica manera por parte de Sánchez Martínez, que también tuvo que ser avisado desde la sala VOR por Trujillo Suárez. En ese caso, el jugador del Girona, Miguel Gutiérrez, tampoco fue amonestado.
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Así pues, Soto Grado acertó ayudado por el VAR en la jugada más polémica del derbi y después de la tensa semana previa contra el estamento arbitral.