

En su mirada se nota la angustia y la preocupación que puede sentir cualquier madre ante la difícil situación que atraviesa. Griselda Heredia tiene las manos tensas y los ojos humedecidos mientras la ministra Patricia Bullrich y el canciller Gerardo Werthein responden y cuentan las últimas novedades del caso que involucran a su hijo, el gendarme Nahuel Gallo, quien está detenido por el régimen venezolano desde el 8 de diciembre.
Se quiebra antes de una de las últimas preguntas. “Ojalá que pueda llegarle esto. Que se quede tranquilo, que su familia acá está bien y que necesitamos tenerlo con nosotros”, confiesa y las lágrimas le impiden seguir hablando. Se apoya en Bullrich, que intenta contener el llanto de esa mujer que al lado tiene a Kevin, otro de sus hijos. Con la voz quebrada continúa: “Quiero agradecerle al canciller, a Patricia y al gobernador de Catamarca (NdR: Raúl Jalil) por las gestiones que están haciendo”.
“Nahuel no hizo nada ilegal. Es duro, como mamá, que lo acusen de algo que uno sabe que no es así. Y al señor Maduro quiero pedirle que haga lo posible, que se vean bien los papeles, está todo legal. Les pido que lo larguen, que lo dejen volver a la Argentina”, había explicado un par de minutos antes sobre las actividades de Gallo en tierras venezolanas.

“Nunca pensé vivir esta situación, justo menos con él. Fue una decisión de él haberse ido a ver a su hijito en las vacaciones, que bien merecidas las tiene”, aseguró, quien arribó al ministerio ubicado en la calle Gelly y Obes al 2.200 en una camioneta blanca y acompañadas por Jalil y por algunos integrantes del gobierno de Catamarca.
Jalil ofició de nexo entre la familia del gendarme, que es oriundo de la provincia, para acercarla a Javier Milei, cuando el Presidente visitó la provincia de Tucumán el jueves de la semana pasada. Tras ese contacto desde Seguridad se ofrecieron para recibirlos. La reunión duró alrededor de 40 minutos.
El gobernador se quedó unos 5 minutos después de la conferencia de prensa ante más de 20 medios de comunicación con Heredia y con sus dos hijos en un rincón para brindarle contención y también lo hicieron Werthein y Bullrich.
A la salida, mientras la apuran para volver a la camioneta, Griselda relató que “me siento un poco más aliviada ahora que hablé con el canciller y la ministra”. Todavía muestra los ojos hinchados y lleva pañuelitos de papel en la mano, como los que le acercaron cuando no pudo contener las lágrimas en la conferencia. También describió su situación como madre ante la prensa: “No es justo tener que estar todo el tiempo pensando en si tu hijo va a volver”.

Unos instantes antes se habían retirado el canciller Werthein, quien llegó a la reunión con más de 50 minutos de retraso luego de conocerse el comunicado con las acusaciones del fiscal venezolano Tarek William Saab, en el que afirma que el gendarme se encuentra detenido en Caracas, acusado de actos de terrorismo. Y también el jefe de la Gendarmería Nacional, Claudio Brilloni, quien participó del encuentro con los familiares de Gallo, pero no hizo ninguna declaración.
Werthein se mostró muy hermético, pero a través de la Cancillería se realizan las principales gestiones que permitan destrabar la situación de Gallo. El canciller reveló que intervienen “países y personas”, pero que darlas a conocer complicaría aún más los planes del gobierno que encabeza Javier Milei al respecto. Brasil está cumpliendo un rol preponderante pese a las diferencias que separan a la gestión libertaria de Lula da Silva.
El ex embajador ante Estados Unidos sostuvo que debido a los cargos que pesan sobre Gallo, se hicieron los trámites correspondientes para que en el caso intervengan la Organización de Estados Americanos (OEA) que es presidida por el uruguayo Luis Almagro y otras organizaciones internacionales, que puedan representar legalmente al gendarme. “Argentina va a tocar todas las puertas que tenga que tocar”, afirmó.