
Dani Olmo pudo comerse las uvas como jugador del Barça a todos los efectos y pudo brindar por su inscripción hasta el final del curso. El Barcelona de Laporta volvió a llevar al límite el límite. El límite del plazo legal y el límite de hacer un ridículo espantoso para la credibilidad de club. Pero una vez más, el presidente Laporta se salió con la suya a contrarreloj. Los asientos VIP del futuro Camp Nou dieron acomodo a Olmo y Pau Víctor. Los dos fichajes del verano, inscritos entonces por la lesión de larga duración de Christensen, jugarán el resto de la temporada de blaugrana. Tras una jornada maratoniana, LaLiga dio licencia federativa a los dos futbolistas en base a los 100 millones que el Barça ingresará por la venta de los nuevos asientos VIP para los próximos 20 años.
El carillón, los cuartos y las doce campanadas del reloj de la Puerta del Sol se acercaban como una espada de Damocles sobre la directiva barcelonista, que necesitaba inscribir antes del cambio de año a Dani Olmo y Pau Víctor. Era ahora o nunca (o como mínimo, ya hasta el inicio de la Liga que viene) pues las normas no permiten inscribir dos veces en dos ventanas de un mismo curso a un futbolista con el mismo equipo.
El 31 de diciembre a las XXXXXXXX?????
Una vez más, el presidente Laporta se salió con la suya a contrarreloj
Ayer se terminaba el plazo y, durante toda la mañana y gran parte de la tarde del último día del 2024, el Barça fue enviando la documentación y LaLiga analiba la documentación presentada por el Barça. Hasta que finalmente, a las xxxxxxxxx del 31 de diciembre, la patronal validaba el acuerdo para la venta de una parte de los asientos VIP del Spotify Camp Nou por 100 millones y 20 años, lo que servía para ganar margen salarial para entrar las fichas de Olmo y Víctor. A Laporta y el Barcelona casi le dan las uvas.
El caso más apremiante era el de Olmo pues el jugador egarense, fichaje estrella del verano, quedaba libre en caso de no conseguir la licencia federativa. El equipo de Hansi Flick podía verse descapitalizado con la pérdida de un futbolista por el que se pagaron 55 millones en julio y que solo ha jugado 15 partidos de blaugrana.
También Pau Víctor
La venta de una parte de los asientos VIP del Spotify Camp Nou por 100 millones y 20 años servía para ganar margen salarial
“Nos espera una tarde larga”, deslizaban en la sede de LaLiga. “Paciencia”, pedían en los despachos del Camp Nou, donde aseguraban que el trabajo estaba hecho, la documentación enviada y que la pelota estaba en el tejado de la patronal.
Además de estudiar el contrato, LaLiga quería garantías para que no se repitiese el caso de impagos de Barça Studios, por eso le llegó a pedir al club blaugrana un comprobante de ingreso. El club crea una sociedad que gestionará todas las localidades VIP y vende un porcentaje a inversores de Dubái. Además, también debían dar su visto bueno Goldman Sachs y los inversores del Spotify pues esa partida era una de las que debían amortizar la financiación del Spotify Camp Nou.
La fórmula
El club crea una sociedad que gestionará todas las localidades VIP y vende un porcentaje a inversores de Dubái
Todo ese estrés no es nuevo para el presidente, sino una forma de hacer desde prácticamente el primer día. Ya obtuvo sobre la bocina y de madrugada los avales que en marzo del 2021 le permitieron tomar posesión. Y desde entonces se ha tornado costumbre apurar al máximo para cumplir con los trámites. Así se tuvo que recurrir a un aval personal (suyo y del tesorero) para lograr que Koundé pudiese jugar, se fue a la justicia ordinaria para inscribir a Gavi con ficha del primer equipo, se trajo el último día a los João el verano pasado o éste aprovechó una lesión de otro jugador para inscribir a Olmo, el fichaje estrella, después de tenerlo dos jornadas en la grada.
Laporta siempre vive al límite aunque en septiembre asegurase que el Barça no estaba en la regla 1:1 porque no había querido. Esta vez, ha sufrido hasta el final. Y es que no le ha quedado más remedio porque todas sus cartas se han tornado insuficientes o estériles. La principal eran los 150 millones de la prima de renovación del contrato de Nike. LaLiga entendió que la cantidad se debía prorratear en los diferentes años del contrato y no alcanzaba. Tampoco le han sido concedidas las medidas cautelares de la inscripción porque no le salieron bien la demanda al juzgado mercantil número 10 para defender el derecho de los futbolistas a jugar ni la que presentó en el juzgado 47 de primera instancia para tumbar el reglamento financiero por considerar que la competencia no debía recaer en la comisión delegada de LaLiga sino en la asamblea de los 42 clubs.
El peligro se esfuma
En el contrato de Olmo existía una cláusula por la que quedaría libre gratis si no lograban inscribirlo para la segunda vuelta
Previendo ese desenlace, el mandatario aceleró en un viaje relámpago al Golfo Pérsico la venta de los asientos VIP. Esta vez era inviable el aval personal de algunos directivos pues, a diferencia de con Koundé, se necesitaban garantizar más de 30 millones y no 11 como entonces.
Olmo, por su parte, se ejercitó ayer a las órdenes de Hansi Flick con la duda de si sería su último entrenamiento con el escudo del Barça. Cuando en agosto, el mediapunta aceptó ser inscrito por cuatro meses por la lesión de larga duración del defensa Christensen hizo que se incluyese una nueva cláusula en su contrato ya firmado por la que quedaría libre si no lograban inscribirlo para la segunda vuelta.
Durante las vacaciones, el futbolista viajó a Estados Unidos pero siguió con cierto nerviosismo las evoluciones. El plazo terminaba ayer y sobre la campana, Olmo se pudo comer las uvas con tranquilidad y brindar como blaugrana.