
No fue capaz ni de esperar a que el colegiado Maurizio Mariani realizara el último silbato para señalar el final del encuentro. Frustrado, enrabietado por el mal partido a nivel individual y colectivo, exhausto, Raphinha se dejó caer sobre el terreno de juego. La del brasileño, héroe de tantas noches europeas en lo que llevamos de curso pero muy errático en Dortmund, fue la imagen que mejor representó el sentimiento general de un Barça que en el Signal Iduna Park perdió su primer partido de 2025 y recibió un toque de atención en pleno tramo decisivo de la temporada.
Competitivo como nadie, Raphinha no pudo esconder su malestar con el resultado del Barça. Y, como muchos otros jugadores del ‘roster’, necesitó que Hansi Flick lo animara tras lograr el pase a semifinales. El entrenador alemán sorprendió a los periodistas presentes en la sala de prensa después de una de las peores noches de la temporada: compareció con una sonrisa. Reforzó públicamente a sus jugadores como había hecho en el vestuario, reivindicó el mérito de estar entre los cuatro mejores equipo de Europa y dejó el necesario y profundo análisis para los próximos días.
Pequeñas ‘pinceladas’ significativas de un partido que dio para mucho. Y en el que estos y otros detalles pudieron pasar algo desapercibidos por el fragor de la batalla y el sufrimiento del barcelonismo, que a un solo paso para culminar el camino hacia Múnich entendió que la Champions no regala nada y que para levantar una ‘orejona’ también hay que saber superar los malos tragos.
Un minuto de silencio atípico
Antes del encuentro, el Westfalenstadion recordó la figura del exjugador y excapitán Will Burgsmuller, quien la semana pasada murió a los 93 años. No fue un minuto de silencio al uso, pues se le dedicaron unas emotivas palabras y después el estadio rompió en aplausos hacia un jugador que ganó tres ligas con la camiseta del Borussia Dortmund (1956, 1957 y 1963). El homenaje fue el único momento de sosiego y serenidad en un estadio en ebullición que a punto estuvo a punto de convertirse en el escenario de una nueva pesadilla europea para el Barça.
Problemas de comprensión entre Gavi y De Jong
A mediados de la primera parte, con un Barça que se sentía superado por el escenario y era incapaz de mostrar la versión arrolladora que hasta ayer había lucido en Europa, Gavi y Frenkie de Jong mantuvieron una conversación muy interesante. El neerlandés trasladó algunas instrucciones de Flick al futbolista de Los Palacios y Villafranca para intentar imponerse en una batalla del centro del campo que estaba ganando claramente el Dortmund.
El andaluz no quedó demasiado convencido con las explicaciones de Frenkie y se desplazó hasta el área técnica para consultar con el entrenador alemán si había entendido bien lo que le pedía su compañero. Era un momento trascendental del encuentro y el canterano contrastó bien la información para retocar una medular que no estaba nada cómoda sobre el césped.
Szczesny, el hombre de hielo
Era un momento de extremo sufrimiento. El Borussia Dortmund se puso 2-0 en el inicio de la segunda mitad y se colocó a solo dos goles de forzar la prórroga y obrar el milagro. El Barça logró recortar distancias rápidamente gracias al gol en propia de Bensebaini. Fermín López desató la ‘locura’ en el conjunto barcelonista y los más de 3.000 culers ubicados en el córner derecho del gol norte del estadio.
Wojciech Szczesny, sin embargo, protagonizó una nueva ‘celebración’ viral. Ni se inmutó. Regresó a su portería, bebió un poco de agua y siguió a lo suyo. El polaco maneja las emociones a su particular manera. Tampoco le había templado el pulso en los primeros compases del compromiso tras cometer un claro penalti que dio inicio a una noche complicada para los pupilos de Hansi Flick.
Noche de reencuentros para Hansi Flick
Relajado después de la clasificación de su equipo para las semifinales de la Champions, mientras esperaba que todos sus jugadores entraran en el autocar para emprender el camino de regreso hacia Barcelona, Flick aprovechó la ocasión para mantener una distendida y cariñosa conversación en el párking del Westfalenstadion con Niko Kovac, entrenador del Borussia Dortmund y ‘maestro’ suyo en el Bayern Múnich, y Pascal Gross, a quien conoce a la perfección tras coincidir con él en la selección alemana.
El centrocampista, que se perdió la ida de la eliminatoria por sanción, completó una actuación espectacular en la vuelta. Fue un auténtico dolor de muelas para el cuadro catalán: se movió muy bien entre líneas y exhibió una llegada al área espectacular.