![DeepSeek desinfla un globo aerostático en bolsa pero no pincha otra ‘Burbuja.com’ DeepSeek desinfla un globo aerostático en bolsa pero no pincha otra ‘Burbuja.com’](https://venezuelanoticias.net/wp-content/uploads/2025/02/1200x655_globo-deepseek-grok.jpg)
La aparición el lunes de la Inteligencia Artificial china de DeepSeek provocó una de esas jornadas de desconcierto que tanto ruido generan sobre el mercado para los que no están en el ruedo como incertidumbre a los inversores reales que si torean. Hay quien con muchos años de experiencia llegaba a comentar que estábamos en la antesala de otra Burbuja.com, porque relacionaba las fuertes correcciones que se estaban produciendo entre los fabricantes de microprocesadores con la realidad de que hemos entrado en territorio burbuja en los mercados: al pagarse un 20% por encima los multiplicadores de beneficios.
El problema es no distinguir entre que hay burbujas que se pinchan, como las de una pompa de jabón, o que en bolsa lo normal es que los excesos conduzcan a desinflar un globo aerostático que se había llenado demasiado. Si esto ocurre, obliga a que la válvula de desgarre tenga que actuar para reducir el exceso de presión.
Por fortuna, los números explican muchas cosas. La situación hoy no se parece en nada de la que vivimos con la Burbuja.com, cuando los beneficios de las compañías se extrapolaban casi al infinito por las oportunidades de negocio que generaba Internet. La insensatez fue de tal envergadura que a mí me gusta recordar dos ejemplos de subidas incomprensibles que se produjeron en bolsa española al rebufo de la irracionalidad que generaba la nueva economía. El más llamativo fue el de Telepizza, cuyos propietarios de entonces aseguraron que iban a ser el distribuidor de “última milla de todos los productos hasta llegar a los domicilios”. El disparate era de tal calibre que de los almacenes de los locales de Telepizza, con repartidores en vespinos, iban a generar la logística que hoy es Amazon. Telepizza se disparó en bolsa con la ocurrencia. Otra que también se quiso apuntar al carro de la new economy como Terra fue el fabricante de placas de yeso de escayola (pladur) Uralita, que se puso el apellido puntocom. También tuvo un conato de subida por hacer lo mismo que hacía.
El castigo bursátil a las empresas por haberse apropiado algo que no tenían en bolsa provocó que el Nasdaq, el representante genuino del mercado tecnológico, corrigiese más de un 80% al estallar la Burbuja.com. Y en España mató al recién creado Nuevo Mercado, que se convirtió en algo parecido a una leprosería con alguna digna salvedad como Amadeus. Hoy la situación es muy diferente. Aunque excedidos, los multiplicadores de beneficios que se pagan por las compañías no se han ido a miles. Hay una lógica en la exuberancia, y es que la profundidad de la corrección devengará oportunidades. Si de la noche a la mañana, algo imposible de suceder, desapareciera toda la industria de semiconductores –todo el hardware que necesita el software de DeepSeek– se borraría sólo el 15% del beneficio del Nasdaq. La burbuja se desinflará, pero no estallará.