Como no había pasado antes en la historia política del país, un consejo de ministros fue transmitido en vivo y en directo a través de la televisión nacional. En horario ‘Triple A’, los colombianos pudieron conocer de primera mano qué es lo que se vive en las entrañas del gobierno del presidente Gustavo Petro, que presentó el experimento como un ejercicio de transparencia que copió del régimen cubano –paradójicamente, uno de los más opacos del hemisferio occidental– y anunció que su idea es repetirlo cada vez que se pueda.
Varias son las conclusiones del experimento, que se prolongó por más de seis horas y que en algún momento puso en vilo la posibilidad de que los colombianos vieran el partido de la Selección Colombia sub 20 que lidera el Suramericano que se realiza en Venezuela.
La primera, evidente a lo largo de toda la sesión, fue el rechazo que hay en el gabinete, sobre todo en el sector del petrismo purasangre, por la figura de Armando Benedetti, el polémico exsenador y exembajador que este mismo martes había logrado su nombramiento oficial como ‘jefe de Despacho’, que en la práctica es un jefe de Gabinete (aunque el Presidente la emprendió contra los medios por cambiar la denominación del cargo). Fue por esa razón que Benedetti, de traje y corbata y sentado a la siniestra del Presidente, asistió por primera vez a un consejo de ministros del gobierno para cuya elección, en 2022, fue clave.
Tomando nota juiciosamente con un bolígrafo de plástico, Armando Benedetti, uno de los políticos más explosivos en el mapa público colombiano, asistió sin chistar a una de las andanadas de críticas públicas más fuertes que se recuerden por cuenta de quienes, como él, comparten las banderas del llamado ‘gobierno del Cambio’.
Susana Muhamad, la ministra de Ambiente, le dijo entre lágrimas al Presidente que ella no podía compartir mesa con alguien como Benedetti, fuertemente cuestionado por denuncias de maltrato hacia las mujeres y sujeto además de varias investigaciones penales por corrupción. La vicepresidenta Francia Márquez y Gustavo Bolívar, otro hombre del corazón de Petro, le dijeron que respetaban su decisión pero que consideraban que Bendetti no debería estar en esa posición.
Alexander López (Planeación Nacional) y Jorge Rojas (Dapre) se unieron al bloque anti Benedetti y aseguraron que el cargo que le dio el Jefe de Estado no debería existir. Pero la carga de mayor profundidad vino de otro petrista purasangre: el poderoso Augusto Rodríguez, jefe de la UNP y compañero de Petro desde los tiempos del M-19, quien aseguró, sin ahondar, que había “investigado” a Benedetti desde antes de su entrada a la campaña de 2022 a Benedetti y que puso alertas desde ese momento.
“Me enteré de sus artimañas para que no cayera preso (…) Conocimos una semiconfesión en estado de excitación. Este no es el espacio para él, señor Presidente. No voy a renunciar por él, tengo la obligación de proteger”, dijo Rodríguez.
Pero sí quedó marcado que la designación de Benedetti parece ser una bomba de tiempo en Palacio, también quedó más que claro que Petro está jugado por defender a Benedetti a toda costa. Lo comparó con Saulo de Tarso (San Pablo), dijo que había que dar segundas oportunidades y criticó a Muhamad y otras defensoras de los derechos de las mujeres por “atacar a los hombres”. Conocedor de los secretos de la campaña y cercano a Petro desde los tiempos del Congreso, la llegada de Benedetti a un cargo que, en la práctica, se puede asimilar al de jefe operativo de los ministros, tiene desde ya un alto costo interno y hacia afuera para el Jefe de Estado.
Sin llegar a los niveles de oposición a Benedetti, en el consejo de ministros que para muchos recordó el famoso ‘Aló, Presidente’, de Hugo Chávez, también afloró la incomodidad del sector activista con Laura Sarabia, mano derecha del Presidente en todo su mandato. Varios de los ministros se declararon abiertamente en contra de su designación como canciller. Gustavo Bolívar le dijo que “mentía”. Y Francia Márquez la señaló de no respetarla y dijo que le había tenido que recordar que ella era la Vicepresidenta de la República.
Márquez tuvo, de hecho, las autocríticas más duras para el Gobierno. Se dolió de la falta de transparencia y de la corrupción “en el gobierno que ayudé a elegir” y cuestionó la situación de seguridad en Cauca, su departamento. Además, aseguró que las “agendas paralelas” de las que se dolió el presidente Petro al comienzo del consejo existían, pero no eran necesariamente de los ministros más cercanos al proyecto progresista.
En las seis horas largas del inédito consejo televisado quedaron en evidencia también varios sellos de forma del Gobierno. Desde los larguísimos soliloquios del presidente Petro, apenas interrumpidos por sus alfiles en las dos primeras horas, hasta los famosos regaños que han sido frecuentes en los retiros de Gobierno y que finalmente desembocaron, en el pasado, en la salida de los miembros más técnicos del gabinete.
También se vio el afán de varios ministros por aplacar las críticas de su jefe, bien por ejecución o por no llegar a tiempo a la cita en Palacio, y en directo hubo declaraciones de amor por Petro, como la que hizo Gustavo Bolívar.
Al final de un caótico consejo, que en gracia de verdad se ordenó por momentos gracias a la intervención del jefe del Dapre, Jorge Rojas, no se tomó ninguna decisión de fondo y quedaron en evidencia las fracturas internas que impiden el avance de políticas claves, como la recuperación de El Plateado.
Allí, se quejó el ministro de Defensa, el avance de las tropas no ha sido acompañado por la llegada del Estado y su oferta institucional, a pesar de que apenas días después del inicio de esa campaña militar contra las disidencias de ‘Mordisco’ se vio a varios ministros recorriendo las calles del caserío del municipio de Argelia, Cauca, que era considerado como el ‘Wall Street’ de la coca.
¿Y qué dicen los observadores? La senadora verde Angélica Lozano calificó el consejo transmitido por televisión como un ejemplo de “Colombia al garete”: “los retos del país reducidos a consignas y retahílas sin real servicio público”. Miguel Uribe, del Centro Democrático, calificó el consejo como un “reality”: “Resumen de lo que es Petro: descontrol, improvisación, corrupción, incapacidad”. Y desde Comunes, el partido de las antiguas Farc que es claramente cercano al Gobierno, Sandra Rojas consideró que el consejo “no aporta en nada a la construcción de esa Colombia que soñamos”.
Aún por establecerse el futuro y la misma legalidad de la transmisión del consejo de ministros, el presidente Petro queda con la papa caliente de manejar la alta tensión que genera su amigo Benedetti en su entorno de Gobierno, que quedó retratado en la tensa intervención del director de Planeación Alexander López y con la velada mención de algunos ministros para que su jefe tome la decisión de si ellos deben mantenerse en el gabinete.