
El secreto a voces fue confirmado. Omar López repetirá como mánager de Venezuela para el Clásico Mundial de Béisbol. La Federación ha tomado una decisión inteligente al designarlo por encima de Ozzie Guillén, como muchos querían y según manifestaban en las redes sociales o cualquier otro.
El nombramiento no fue circunstancial, la elección de López es lógica y clara. Tiene un liderazgo probado, conocimiento del juego y una buena conexión con los jugadores. Además, se le da continuidad al proyecto que elaboraron para la edición anterior.
Omar López tiene experiencia en el béisbol de alto nivel. Su trayectoria como coach en MLB, donde está por segundo año como coach de banca de los Astros de Houston, y mánager en ligas invernales ha demostrado su capacidad para manejar grupos de élite, leer el juego con precisión y generar confianza en sus dirigidos, como los mismos peloteros lo han hecho saber. José Altuve, en febrero, tras su cambio de posición de la segunda al jardín derecho de los siderales bromeó al decir: “no sé qué posición voy a jugar en el Clásico, hay que preguntarle a Omar”.
Uno de los puntos más fuertes de López es su cercanía con los peloteros. Muchos jugadores que podrían integrar la selección ya han trabajado con él y han sabido construir relaciones basadas en el respeto y la comunicación efectiva. En torneos como el CMB, donde un error te deja fuera, el buen aura dentro del clubhouse puede ser tan importante como la estrategia, y contar con un líder que inspire confianza es fundamental.
López ha demostrado ser un mánager capaz de adaptarse y tomar decisiones bajo presión. Su experiencia avala que puede salir de situaciones apremiantes en un torneo donde cada juego es crucial. No se trata solo de nombres y estadísticas, sino de cómo combinar piezas en el momento justo y ante rivales de primer nivel.
Venezuela ha tenido años de expectativas truncadas en el Clásico Mundial, y la afición ansía un desempeño que refleje el talento del país. Con López al mando, el equipo tiene una dirección clara y una oportunidad real de competir al más alto nivel. Su nombramiento no es solo una buena elección; es la decisión correcta para mantener a la selección con el espíritu competitivo de 2023 y con la posibilidad de pelear por el título que tantas veces ha parecido esquivo.