
El PSG ha desatado la euforia en Francia, después de imponerse por la mínima, 0-1, al Arsenal, en la ida de las semifinales de la Champions League. La competición que tantos quebraderos de cabeza infligió a los parisinos, que tantas desdichas le provocó, se ha convertido ahora en una ilusión, en una realidad, en un sueño más que alcanzable para un club que se puso como objetivo prioritario ganarla desde que Qatar, en 2011, se convirtiera en su propietario.
El diario L’Équipe describió su victoria como “más cerca de las estrellas”, destacando el trabajo colectivo del equipo de Luis Enrique, un compendio de guerreros que no negocia ningún esfuerzo. Le Parisien, a su vez, eufórico, definió la gesta como “el sueño toma forma”, un sueño que ya es realidad, una utopía durante una década que ha cogido la forma de la esperanza. El trabajo de Luis Enrique, brillante, también ha sido objeto de grandes elogios, poniéndose a la altura ya de uno de los mejores entrenadores de la historia del club.

Pero, sin duda, el gran beneficiado del triunfo del PSG fue Fabián, que, por fin, tras años de incomprensión por parte de la siempre crítica prensa francesa, recibió los elogios en París. Su importancia con Luis Enrique, desde que el asturiano aterrizara en París, en 2023, ha sido máxima, pero su rendimiento desde que comenzó el año, sobre todo en la Champions League, ha sido perentorio, a tal punto de erigirse como un factor diferencial en uno de los mejores equipos, sino el mejor, de Europa, el Paris Saint-Germain.
Su prestación en el Emirates, en unas semifinales de la Champions, contra un Arsenal que venía de ser el verdugo del Real Madrid, todavía actual campeón de la Champions, fue extraordinaria. Con balón y sin balón, el de Los Palacios sostuvo a los de Luis Enrique, manejando los tiempos del centro del campo y siendo un soporte total para la defensa parisina, en los momentos en los que tocaba apretar sin la posesión y en los que el equipo de Arteta quiso relanzarse en la eliminatoria.
Han sido tres años, desde que aterrizó en la capital francesa a razón de 20 millones de euros, un chollo a tenor de su rédito, de trabajo en silencio, de soportar la incomprensión de los aficionados del PSG, también de la prensa francesa, que ahora, después de su excelente nivel, no ha tenido más remedio que rendirse a la evidencia. El internacional español, “hiperactivo” para L’Équipe, recibió la mejor nota del periódico francés, con un ’8′, que, a su vez, destaca el aplomo con el que jugó en la medular y la inteligencia táctica que atesora para ocupar los espacios.
“Se movió con inteligencia, ocupando siempre las zonas adecuadas, con o sin balón. Agresivo hasta la exageración, fue venenoso en el pressing y en el contragolpe, cortando muchos de los contragolpes del rival. En partidos como éste, es fácil ver lo lejos que ha llegado y lo valioso que es”, resume L’Équipe, para describir el partido de Fabián, uno de los pilares fundamentales de Luis Enrique, su máximo valedor.
El técnico asturiano reconoció hace semanas el gran error que cometió con el andaluz, en el Mundial de 2022, cuando, sorprendentemente, decidió no convocarle para el torneo disputado en Qatar. “Si hay algo de lo que debo lamentarme, es de no haberle convocado”, espetó el asturiano en una rueda de prensa. Y no es para menos. En los 13 partidos de eliminación directa bajo las órdenes del exseleccionador español, en las dos últimas temporadas, Fabián ha sido titular en todos, denotando que su importancia es radical en un equipo en el que nadie tiene la vitola de titular indiscutible y en el que la mínima relajación es sinónimo de banquillazo.
Le Parisien, no ajeno a sus prestaciones, también destacó el rendimiento del centrocampista. La semana pasada, en un largo y tendido reportaje, una fuente del vestuario confió al rotativo parisino que “es impresionante el equilibrio táctico que aporta al PSG”. Deschamps, seleccionador francés, al que se enfrentará en las semifinales de la Nations League, declaró que “ofrece muchas más garantías que Zaïre-Emery”, su competencia directa en la medular, en el PSG. Prueba de su trascendencia, de su fastuosidad en el mediocampo, es el récord de 51 partidos consecutivos sin conocer la derrota en la liga francesa, que registró hasta la derrota la semana pasada contra el Niza, una estadística que arroja todavía más certezas de su influencia en uno de los mejores equipos de Europa.
“Nunca se lesiona, nunca suspendido, Fabián encarna la calidad que ha implantado Luis Enrique en el PSG”, enfantizaba Le Parisien la semana pasada. Su encuentro contra el Arsenal es la ratificación de que el mediocentro ha recuperado el protuberante nivel que atesoró durante la última Eurocopa, lo que persuadió a Luis Enrique de que el Paris Saint-Germain no podía traspasarle. El técnico español conminó a Luis Campos, que estaba por la labor de venderle, de que frenara en seco la operación y, a la postre, su petición se convirtió en un éxito. Francia celebra el excelente nivel de Fabián, que sueña ahora con catapultar al PSG hacia la primera Champions de su historia.
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