
Mientras Telefónica reduce su presencia en América Latina como parte de una estrategia de repliegue regional, la empresa española sorprende al reforzar su apuesta en Venezuela. En un entorno marcado por la inestabilidad política y económica, la multinacional anunció una inversión de 500 millones de dólares en los próximos dos años, destinada a la modernización de la infraestructura y la expansión de su red de telecomunicaciones.
Movistar, la filial de Telefónica en Venezuela, dio un paso clave a principios de año al apoderarse, mediante subasta, de un nuevo bloque de espectro. Esta adquisición le permitirá reforzar sus servicios con tecnología de red inalámbrica de cuarta y quinta generación, optimizando la velocidad de descarga, la calidad de las transmisiones en directo y la estabilidad de la conexión.
El presidente de Movistar, José Luis Rodríguez Zarco, afirmó en un comunicado que el monto a invertir forma parte del plan de la empresa “de actualización tecnológica, expansión de redes de última generación y consolidación como telco digital”.
La reducción de Telefónica en América Latina
El plan en Venezuela avanza en sentido contrario al repliegue de Telefónica en América Latina. Entre 2019 y 2021, la empresa vendió sus operaciones en Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y El Salvador. Este año concretó su salida de Colombia, Perú y Argentina, mientras que distintas fuentes, como el diario español El Economista, señalan que también evalúa desprenderse de sus activos en México, Uruguay, Chile y Ecuador.
La empresa española ha enfrentado dificultades para adaptarse al entorno de las telecomunicaciones en Europa, marcado por la caída de precios, la reducción de la facturación y la irrupción de operadores de bajo costo. A esta situación se suma el desempeño por debajo de las expectativas en América Latina, donde los ingresos no han alcanzado los niveles previstos.
En enero de este año, Marc Mutra asumió la presidencia de Telefónica, sucediendo a José Álvarez-Pallete. Durante la gestión de Álvarez-Pallete, entre 2016 y 2025, el valor bursátil de la empresa cayó un 57%, mientras que el de competidores como Deutsche Telekom se duplicó.
En entrevista con el Financial Times, Mutra señaló que entre sus prioridades destaca la búsqueda de fusiones en Europa, en un contexto en el que la región necesita empresas de mayor tamaño para reducir su dependencia de Estados Unidos.
“Debe haber una consolidación dentro del mercado y una consolidación a escala europea”, dijo Mutra. Paralelamente, avanza la desinversión en América Latina, aunque por ahora Telefónica mantiene su presencia en Venezuela y no parece contemplar la venta de su filial en Brasil en el corto plazo.
La operación en una Venezuela en crisis
Durante la etapa más crítica de la crisis económica venezolana entre 2017 y 2020, la filial de Telefónica sufrió el impacto de la hiperinflación, la contracción de la economía y la regulación de tarifas. Sin embargo, el entorno comenzó a mejorar gradualmente cuando Nicolás Maduro eliminó el control de precios y el control de cambio, dando paso a una desaceleración de la inflación y a un crecimiento modesto.
La compañía comenzó a generar ganancias y en 2022 anunció una inversión de 270 millones de dólares, dejando atrás la estrategia de solo mantenerse a flote. En ese momento, Rodríguez Zarco afirmó: “La economía ha empezado a dar signos de recuperación, y queremos participar revirtiendo la reducción de las inversiones de los últimos años”.
Según el balance de gestión de Telefónica en 2024, su filial en Venezuela mantiene el 54% del mercado de telefonía móvil y entre 2023 y 2024, aportó 313 millones de euros al resultado del grupo antes de impuestos.
Fuentes señalan que el giro de la compañía hacia la rentabilidad, sumado a las dificultades para repatriar dividendos desde Venezuela, llevó a la decisión de invertir en la adquisición de un nuevo bloque de espectro y en la expansión de la red. Con esta estrategia, la empresa aumentará su valor y podría venderse a un precio más alto en el mediano plazo.
Otro elemento a considerar es que en el contexto actual de endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos y un presidente como Maduro, señalado de fraude electoral, la venta de la operación en Venezuela presenta mayores dificultades que en el resto de la región.
En noviembre de 2024 quedó al descubierto que la filial de telefónica en Venezuela sobornó a miembros del gobierno de Maduro en 2014 para tener acceso a dólares preferenciales. La acusación fue presentada en el Distrito Sur de Nueva York y la empresa aceptó pagar una multa de 85 millones de dólares.
“Difícilmente esto quedará en el olvido, pero el anuncio de la inversión los ayuda a tratar de mejorar su imagen como empresa en el país”, dice un ejecutivo del sector de telecomunicaciones que prefiere reservar su identidad.
¿La mano de la política?
El Gobierno del español de centro izquierda Pedro Sánchez ha optado por una política más pragmática hacia el régimen de Maduro, priorizando el diálogo dentro del marco de la Unión Europea y evitando enfrentamientos abiertos que puedan tensar aún más los vínculos bilaterales.
El nombramiento de Mutra al frente de Telefónica se produjo después de que el Gobierno de Sánchez, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), aumentara su participación en la empresa española.
La apuesta de Telefónica por consolidar su presencia en Venezuela, explican empresarios consultados, también puede verse como un indicio de acercamiento a la cooperación económica con el país, especialmente en un momento en que compañías extranjeras han optado por disminuir o retirar sus inversiones.