
Dijo Hansi Flick tras el Barça-Madrid que iba a necesitar un chequeo a su corazón después de ver cómo su equipo necesitaba de nuevo remontar un 0-2, con otra actuación salvaje y arrebatadora. Lo dijo de broma, esbozando una media sonrisa, en un momento en que la adrenalina y hasta el colesterol estaban disparados, como suele ser habitual en los últimos partidos del Barça, nunca faltos de sal.
El Barça dejó a la prensa internacional fascinada tras las semifinales de la Champions ante el Inter de Milán y se diría que ya no cabía margen para más asombro, pero un clásico tiene mercado, mucho mercado, y los cronistas del mundo entero volvieron afilar los adjetivos para exaltar el asalto con toda la trompetería y caballería sobre la portería del pobre Courtois, que menudo cumpleaños le dieron los jugadores azulgranas. Cuatro regalitos para su 33º aniversario, que debieron ser cinco si no se hubiera anulado incomprensiblemente el quinto de Fermín, un prodigio de gol.
Como escribe Sid Lowe en The Guardian, “la vida ha sido buena para el Barça viviendo al límite”. Un estilo de vida que es, además divertido, aunque obligue a Flick y a muchos barcelonistas a hacerse un chequeo cardiaco de vez en cuando. Existe un reconocimiento, verbalizado en la BBC, de que el equipo azulgrana ha conseguido “una identidad” propia y con mucha personalidad.

Lamine Yamal festeja con la grada de Montjuïc el triunfo sobre el Madrid que le acerca a la Liga. / Jordi Cotrina
Esta es la interesante reflexión del medio público inglés: “Tras una desgarradora derrota ante el Inter de Milán en las semifinales de la Champions League, existía una posibilidad muy real de que la temporada del Barcelona se desmoronara. En temporadas recientes, quizás así fuera. Reducir un posible triplete a un solitario triunfo copero habría sido característico no hace mucho tiempo, dadas las dificultades del club dentro y fuera del campo en los últimos años. Pero este es un nuevo Barcelona. Un equipo que hace poco carecía de identidad y fe, ahora las tiene en abundancia, aunque no haga las cosas de una forma fácil”.
Sin salir de Inglaterra, el Daily Mail destaca “la victoria sísmica para el recuerdo del Barça” y subraya que como siga así, “no tendrá ningún problema para vender todas las entradas de sus partidos en el nuevo y enorme Camp Nou”. “Con 167 goles esta temporada, más que ningún otro equipo de las cinco grandes ligas -resalta-, es sin duda uno de los mejores espectáculos que se pueden ver en el continente”.
En Argentina también se pueden leer elogios al estilo azulgrana. “El Barcelona le ganó a Real Madrid con sus armas, la del juego valiente y atractivo, obsesivamente ofensivo, y también con las que le pertenecen al rival, esa capacidad para las remontadas con que el Madrid construyó una leyenda”, se indica en el diario La Nación.

Raphinha y Ferran Torres celebran el segundo gol contra el Real Madrid / EFE/ Alberto Estévez
En Italia, en La Gazzetta dello Sport, rotativo rosado que parecía haber gastado su reserva de halagos al juego barcelonista tras la eliminatoria ante el Inter, puso el foco en Lamine Yamal, el amigo de Morad y vida independiente. “Fue el mejor. Otro partido monstruoso el suyo, capaz de marcar un tercero gol en los cuatro clásicos de esta temporada. Fran García acabó humillado, porque es incontenible”.
L’Equipe, por supuesto, se fijó en Kylian Mbappé, autor de un ‘hat trick’ y una amenaza constante para la osada defensa barcelonista. “Mbappé, héroe de lo inútil”, escribe en su influyente portada. Hizo palidecer el juego de su compañero Vinicius, realmente indolente e ineficaz. Nadie le sacudió con más saña que el exjugador del Madrid y reputado comentarista Álvaro Benito en la SER. “No se puede jugar al fútbol como Vinicius, defendiendo con la mirada, ahorrándose los retornos, sin marcar, sin presionar…”. Y en otro momento, en un tono indignado, dijo: “Lo de Vinicius no tiene nombre, es que es una vergüenza, es una vergüenza”, dijo Benito.

Los jugadores del Barça celebran la victoria ante el Madrid con un Mbappé sombrío. / JORDI COTRINA
Del arbitraje no se habla en la prensa internacional. Esa es cosa nuestra hoy, de los medios de Barcelona. En Madrid se prefiere prestar atención ya en Xabi Alonso. Pasando página. Rápido, rápido.